23 enero, 2006

"Voy a confiarte, Amada...."


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¡Y cómo se atropellan
para saltar a un tiempo
las estrofas sombrías
de vocablos sangrientos
que me suele enseñar la musa pálida,
la triste musa de los días negros!
Yo soy así. ¡Qué se hace! Boberías
de soñador neurótico y enfermo!
¿Quieres saber acaso
la causa del misterio?
Una estatua de carne
me envenenó la vida con sus besos.
Y tenía tus labios, lindos, rojos,
y tenía tus ojos grandes, bellos.....

Rubén Darío
"Club de mis poetas muertos"

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