23 enero, 2006

Delta del Llobregat - 15 de Enero de 2006



Ya llegaron las rechonchas Avefrías, con su diseño pío y su silueta en vuelo, redondeada, se asemejan a unas enormes mariposas blanquinegras que revolotean en bandos apretados por encima de los carrizales.
Las hay a centenares (más de un millar se congrega por estas fechas).... Uno de los inviernos que en mayor número he visto y, ciertamente, me sorprende porque este año no se han dejado ver por los campos del Vallès Oriental.

Los Cormoranes grandes, viejos "cuervos marinos", barbudos y canos, son junto a las imponentes Garzas reales quizás las aves acuáticas más abundantes en el Delta por estas fechas. Mientras las garzas, elegantes como estatuas plateadas, permanecen casi estáticas la mayor parte del tiempo.... los viejos cormoranes se acicalan el plumaje y esconden su enorme cabeza entre el plumaje para refugiarse del gélido ambiente.
Lloviznea y hace "un frio del carajo" en un día desapacible e ingrato, pero eso no parece alterar el devenir de las vocingleras gaviotas patiamarillas, ni el trajinar y "bullir" de las simpáticas gallinetas y fochas.
Es tiempo de patos en el Delta. Los contingentes invernales hicieron ya hace tiempo su puntual aparición en las lagunas. Vienen de "otoñada" y muchos deciden permanecer con nosotros buena parte del invierno.
Amén de los omnipresentes azulones (ánades reales), destacan unos 100-150 cucharas, más de 50 silbones, centenares de diminutas cercetas y hasta 16 inmensos Tarros blancos (parientes salvajes de nuestras ocas). Los tarros nadan parsimoniosamente con una elegancia que sólo los cisnes pueden igualar. Sumergen una y otra vez sus largos cuellos y enormes cabezas para alimentarse en las aguas someras de las lagunillas.
Dos parejas de ánsares comunes también retozan estos días en este tranquilo humedal.
Dos "joyas ornitológicas" me obsequian con su presencia... desde "L'aguait" de "la Bassa dels Pollancres", dos desgarbadas espátulas barren con sus aplanados picos los fondos limosos de la charca.... su sincronía es tal que diríase que hayan ensayado una coreográfia para la ocasión.
Desde el otro extremo de la Reserva, desde el enorme observatorio de "Maresmes de Filipines" asisto, extasiado, como llega un dorado bando de invernales chorlitos dorados...... "aúreos secretarios alados" que de tan gregarios que son se apelotonan en apretada formación posados en las marismas.... cuento 240 ejemplares!! y aparece el "bimbero" y "enteradillo de turno" para preguntarme, jocosamente, cuántos he contado? Le digo que sobre los 240 en una estimación "a la baja" y me responde orgulloso y pavoneándose cual petirrojo patizambo: 250 he contado yo (con cara de satisfacción que quiere decir que él jamás se equivoca, claro está!). Ah, que bien!! Ahora mismo lo anoto, berzotas (le pienso en la cara a tamaño fantasmón).
Me despido del Delta y de los bandos de aviones roqueros que sobrevuelan por encima de mi persona y me dirijo al acicalado parking donde me espera, paciente y relajada, Sílvia que está dando de mamar a la regorduela cachorrilla, Jara.... ajena al espectáculo alado que todos los inviernos imprega este bello paisaje deltaico.
Hasta la vista!!

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