Este es un espacio de reflexiones personales, de elucubraciones varias y, por supuesto, de opinión. Algo así como una especie de cuaderno de bitácora o diario de a a bordo. Bienvenidos a "Can Jaraina", estáis en vuestra casa.
16 mayo, 2006
La supuesta realidad nacional - Diario de un antinacionalista, primera entrega
Esto de ser catalán está muy bien si no fuese por lo pesado que resulta vivir embutido en un eterno coloquio y discurso nacionalista de una gran parte de la sociedad a la que perteneces y que no se cansa nunca de su discurso patriótico..... A mi el tema de la identidad nacional me cansa y me aburre sobremanera... De hecho, últimamente me giba que determinados medios de comunicación instrumentalicen de una forma tan descarada el tema del nacionalismo con este fervor que ha desatado l'Estatut y esa colla de románticos trasnochados d'Esquerra Republicana, tan honestos ellos con "sus bases", tan "asamblearios" y tan "democráticos" que "fan pudor".
Yo siento la misma vergüenza ajena y/0 apatía cuando es el día de la Hispanidad - lo del desfile de las fuerzas armadas es sencillamente indigesto y ulceroso - que cuando es la Diada y la ciudad se llena de senyeres y los patriotas sacan sus trapos rojigualdos a airear en sus balcones. Pobrecillos ilusos!! se piensan que sus símbolos - las dichosas banderitas - son más honestos y auténticos que los de los demás..... no se dan cuenta que comparten el mismo fondo y el mismo poso del que beben todos los nacionalismos, son diversas caras de una misma moneda.
De vez en cuando leo artículos interesantes de gente que no es nacionalista - en una sociedad en que es casi obligado serlo, es un alivio comprobar que hay personas que no siguen las directrices de la masa social - ; porque este es otro tema que siempre me ha jorobado en extremo... los nacionalistas son tan "soberbios" que siempre han vociferado que es imposible no ser nacionalista en un sentido estricto,,, que es algo así como inherente a toda sociedad, por encima de diferencias culturales... "se cree el ladrón que todos son de su misma condición"..... o sea, son incapaces de respetar que otras personas podamos pensar de forma diferente a la de ellos.....
Transcibo literalmente algunos párrafos de un tipo - un tal Francisco J. Laporta - que publicó un artículo el pasado domingo en "El País" (ese periódico que nunca leería un nacionalista "de aquí" para no intoxicarse, supongo) porque me parece muy interesante algunas de las cosas que dice.
"........... Sin embargo, todas las indagaciones que se han empredido para tratar de dotar de algún referente real al concepto de nación más allá de las normas jurídicas han fracasado estrepitosamente, y se ha acabado ya por aceptar que la nación es algo inventado o imaginado que consiste simplemente en la emoción colectiva que experimentan aquellos que la iventan o imaginan" (gloriosa definición de nación, sea la española, la catalana o la vasca, me da igual, Voto a brios!!).
"Creo haber leido en Borges que ser argentino no era más que un acto de fe. Pues bien, lo mismo puede decirse de eso de ser español, francés, alemán, catalán o vasco. Lo que sucede es que tendemos a aferrarnos a nuestra fe, sea la que sea, y no paramos de insistir una y otra vez en que nuestras creencias tienen como objeto una auténtica realidad que está ahí fuera, y esa realidad es la nación, la realidad nacional. Para unos se manifiesta en la lengua y así afirman que son una nación porque hablan una lengua, aunque ya estemos hartos de saber que las lenguas acostumbran a ser multinacionales y las naciones acostumbran a ser plurilingües, con lo que el argumento que une ambas cosas resulta claramente inconcluyente. Para otros es la sangre, la raza, o en términos más de moda, la etnia. No es necesario decir que esto es simplemente tratar de explicar un concepto oscuro haciendo uso de conceptos todavía más oxcuros, algunos de los cuales pugnan, además, con todo nuestro saber científico. Muchos apelan a la historia, pero ya se ha dicho una y otra vez que esa historia o esa tradición es un puro apaño, una invención, un ejercicio sistemático de olvido mucho más que un tributo a la memoria.
Y no faltan tampoco los que apelan nada menos que a la religión, a la que también pervierten y manosean para hacerla decir lo que nunca dijo."
..."la estratagema que se ha acabado por imponer es la que afirma que una colectividad es una nación cuando "tiene voluntad de ser". Esto es, sin duda, sorprendente, porque parece confundir el deseo con la realidad, o sustituir la realidad por el deseo. O quizá se trata de una expresión metafísica: se trataría de la voluntad de tener un "ser" que la mera agregación de conductas individuales y relaciones humanas se entiende que no acaba de parir del todo. Y así, en todos estos movimientos emocionales se acaba por proceder a una entificación de comportamientos colectivos hasta tornarlos en un "ser" que vive y actúa: Francia, España, Cataluña, Alemania, y, ahora, Andalucía.
Tal ser tiene rasgos reconocibles, como una voluntad y una personalidad; incluso tiene delicados sentimientos morales: puede ser ofendido o humillado, y puede sobre todo tomar la conducción de la historia: Pero todo esto no es más que un modo de hablar. A la hora de la verdad, quien se humilla y se ofende son sólo los sujetos individuales que tienen esas particulares creencias y susceptibilidades.....
Más allá de un conjunto de normas jurídicas, la nación es, pues, irreal."
El artículo fue publicado el pasado 14 de mayo, domingo, y dice muchas otras cosas todas ellas interesantes. No está mal que algunos pensadores e intelectuales de izquierdas recuerden a muchos catalanistas, españolistas y algunos sorprendentes andalucistas que no "todo el monte es orégano"..... y que la supuesta "realidad nacional" tan cacareada es, cuando menos, bastante discutible..... tierna y sentimental, y si me apuráis hasta romántica, pero discutible porque se apoya en unas bases poco sólidas..... se apoya sólo en algo hermoso y entrañable como son los sentimientos de las personas (sin duda respetable), pero que puede llegar a ser engañoso, mentiroso y manipulador... los sentimientos no son siempre necesariamente positivos ni enriquecedores, pueden ser equivocados y llevar a conductas sociales erróneas.
Yo estoy convencido que los nacionalismos entran en esa categoría de conductas sociales colectivas erróneas que poco o nada positivo aportan a las personas, es decir, a los individuos que conforman esa sociedad. Si hay por ahí algún "nacionalista convencido" que lee este artículo, le agredeceré que me de su opinión y argumentos a favor de ese "entrañable fervor patriótico" de españoles, franceses, estadounidenses, irlandeses o catalanes .
Soy todo oídos!!
Ah, se me olvidaba, el tipo que escribió el artículo titulado "Realidad nacional" es catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
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A ver si movemos la página un poco.
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