Que la gente le coja cariño a sus mascotas como perros, gatos, hamsters, agapornis o lindos canarios es algo previsible y muy humano. Al fin y al cabo son otros seres vivos que nos hacen compañía y nos conmueven en mayor o menor medida.
Ahora bien, resulta llamativo comprobar como las personas nos encariñamos hasta con los coches, máquinas cuya principal finalidad es ayudar a trasladarnos de un lugar a otro o no???
Recientemente, el fenómeno del "tuning" ha desbordado y desafiado las mayores fantasías humanas en cuanto a fetichismo se refiere. Siempre hemos sido fetichistas con coches y motos... el apasionante mundo del motor por alguna razón siempre ha despertado increibles pasiones mundanas difíciles de entender. Pero en realidad a mi me importa muy poco el tuning y el fetichismo de la fórmula I, de las pruebas de motociclismo y del apasionante Rally Paris-Dakar.
Yo estoy mucho más interesado en las emociones y vivencias que unen a las personas con "sus coches propios".... los vínculos afectivos que llegamos a establecer con algo que acaba siendo mucho más que "un simple medio de transporte".
Nuestro primer coche ,"El Calimero", un 4 latas amarillo - con pegatina de pato incluida- en el que ninguna puerta cerraba bien y en el que casi podíamos sacar las piernas a "lo picapiedra" por el suelo del conductor!! (el agujero que llegó a tener sólo puede calificarse como de "histórico") fue, sin duda, el más encantador de todos.
Nos asábamos de calor en verano y nos pelábamos de frio en invierno..... el miserable "motor de arranque" nos dió problemas sin fin y más de una vez tuvimos que empujar para arrancarlo.... en cualquier cuesta se quedaba asfixiado y era rebasado por cualquier vehículo mínimamente digno....... si te parabas en un semáforo "cuesta arriba" luego te las veías y deseabas para no irte "pa'tras".... el freno de mano apenas funcionaba y cualquiera que recuerde la palanca del cambio de marchas estará de acuerdo que resulta difícil superar la imagen de "vehículo prehistórico encantador" que siempre han tenido todos los "4 latas" y "2 caballos" del mundo mundial.
Si circulabas por carretera o autopista en un día que soplase un fuerte viento la sennsación de volcar era inminente; entraba el aire por todas las rendijas y entresijos de la "máquina de hojalata".... todas las rutas que hicimos las recordaremos siempre como auténticas "aventuras". Imposible superar en percances, desventuras y anécdotas a ese coche de "sexta o séptima mano" que compramos al poco de "salir juntos" Sílvia y yo. A Sílvia se le saltaban las lágrimas cuando se lo cedió al gitano de turno en un desguace de Nou Barris. Uf, que recuerdos!!
Luego pasamos de "coche encantador" a "coche garrulo de medio pelo"... y es que "heredamos" un Seat Fura Crono!! ; la versión deportiva del Seat 127 para garrulos que querían un "deportivo", pero no les llegaba el presupuesto!! "Chasis" de Seat 127 con el motor del "1430" y a hacer "el Fitipaldi". Este coche, como no podía ser de otra manera, se lo compró mi cuñado, el Feli, del Prat del Llobregat.
El colega "fundió" el coche y cuando ya lo tenía casi "descuajeringado" se lo pasó a mi padre. El iluso de mi padre se gastó un dineral en mantenerlo y nos lo pasó a nosotros para que Sílvia pudiese hacer su I Ruta del "Bus de les professions" recorriendo la "Catalunya profunda". Con él nos fuimos a Cáceres y al parque Natural de Monfragüe y con él estuvimos en Granada y en Colomera!! Hasta que Sílvia se hartó de que sus compañeros de trabajo la increpasen y la recordasen que aquel "cacharro" no era digno de ella... bueno eso y que en su etapa final ya no entraba ni "la primera", ni "la segunda"... eso de arrancar "en tercera".....además el motor estaba ya muy "ahogado".
A través de "un contacto" nos compramos nuestro bólido deportivo... IBIZA GTi 2.0....115 caballos monstruosos y un gasto de gasolina que para que os cuento!!
Eso si, doy fe que nunca hemos tenido un coche tan seguro ni tan potente en todos los aspectos. Una auténtica garantía.
Con el Ibiza ROJO, agresivo y juvenil, nos hemos pateado toda España, parte de Portugal, hemos atravesado el Sur de Francia y nos hemos recorrido La Toscana en Italia hasta llegar a la mismísima ROMA. Nos ha llevado sin desmayo a todas partes.... ha sido testigo de nuestras vacaciones, escapadas de fines de semana, etc...se nos quedó embarrancado en la arena de una solitaria playa de la Ria Do Aveiro en la costa atlántica portuguesa.... suerte de los pescadores locales!!......
Ha hecho muchos viajes "pa'l sur", pa Granaa y Málaga.... ha estado en Soria, Madrid, Huesca, Cáceres, Salamanca, en fin, en múltitud de parajes..... el fiel escudero tuvo el honor de ser "la primera carroza" para recoger a Jara de la Clínica, recién nacida, y llevarla a casa. Sus primeros desplazamientos a casa de los "Yayos"......
Lo hemos acabado traicionando y vendiéndolo por sólo 1800 € cuando todavía estaba en plena forma.... pero con Jara "el IBIZA" se nos había quedado pequeño..... pequeño era el maletero, pequeño el espacio interior, sólo 3 puertas......
Cuando esta tarde Dani y Sonia, sus nuevos dueños, se lo han llevado, un nudo me ha recorrido la garganta... tantas y tantas cosas vividas entre Síliva y yo y el IBIZA...
Que curioso que nos emocionemos con un simple coche.... y es que "lo material" acaba generando sentimientos y sensaciones porque nos proporciona un montón de vivencias, de recuerdos que forman parte para siempre de nuestra memoria afectiva.
Gracias CALIMERO, Gracias FURA, Gracias IBIZA........
Bienvenido TOYOTA!!
Este es un espacio de reflexiones personales, de elucubraciones varias y, por supuesto, de opinión. Algo así como una especie de cuaderno de bitácora o diario de a a bordo. Bienvenidos a "Can Jaraina", estáis en vuestra casa.
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Son tantos y tan buenos los recuerdos de viajes que hemos hecho con nuestro Ibiza que bien se merece este artículo. Después de pasar unos días con sentimiento de pérdida, llegué a la conclusión de que no era por el coche en sí, sino porque simbolizaba el fin de una etapa, la "juventud"( prolongada unos cuantos añitos más que las anteriores generaciones) . Aunque esta vena nostálgica no me ha durado casi nada, porque con Jara no hay tiempo para melancolías y sí para mirar con ilusión hacia el futuro.
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