22 enero, 2010

El hombre gris

Cuando entró en el vagón de los FGC con la mirada perdida, ausente y taciturno, no tuve duda alguna que se trataba de uno de esos hombres grises y desdichados.

Más bien bajo de estatura, escuálido, diría que casi escuchimizado...De ese tipo de hombres que por mucho que se apunten a un GYM no consiguen marcar ni un solo músculo; imposible revestir a ese cuerpo, triste y desangelado, de algo de vitalidad . Te lo imaginas en su desnudez, blanco, con las venas azuladas que se trasparentan angustiadas. Los cabellos ondulados, casi rizados y alineados con una perfección enganchosa...Como si se hubiese peinado y aderezado con limón de forma "relamía" (dialecto colomerense).

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