María, sí, pongamos que se llamaba María porque así yo lo imaginé cientos de veces, aunque nunca llegué a preguntárselo.
Recuerdo perfectamente la primera vez que la ví en la estación de metro de Lluchmajor...Ya entonces sentí aquella sensación de hormiguitas que recorren la barriga, de nudo en el estómago, que sé yo, ya me entendéis...Seguro que alguna vez también os habrá pasado a vosotros, no? Esos nervios incontrolables que sólo producen los sentimientos a flor de piel.
El pelo largo, castaño, con mechas rubias, sedoso, convidándote a mesarlo y a acariciarlo sin prisas, largamente, de forma pausada y entregada.
Los ojos negros de mirada profunda; si se cruzaba su mirada con la mía, apenas podía aguantarlo unas décimas de segundo.....me entraba vértigo, el pulso se me aceleraba y un ardor salvaje me subía desde el interior del estómago hasta el mismo cuero cabelludo....sentía un calor que me quemaba, totalmente insoportable.
Se pintaba la ralla de los ojos para realzar su contorno..... me la llegué a imaginar miles de veces, delante de un espejo, en su casa, con el lapiz dibujando la línea negra azabache...diseñando esos dulces ojos de forma almendrada...ahhhhh, cuántas veces me la imaginé así.
En ocasiones ella ya había llegado antes que yo y esperaba en el andén. Yo pasaba a su altura y me hacía el despistado, sólo osaba mirarla de reojo, sin mostrar interés. Me quedaba cerca de ella para poder coincidir en el mismo vagón y así poder contemplarla de forma furtiva.
Cuando me fallaba la estrategia y no conseguía una buena posición para contemplarla, maldecía una y otra vez mi torpeza, me torturaba pensando que había vuelto a perder una nueva oportunidad.
La más de las veces conseguía mi propósito y la podía observar con detenimiento....procuraba que no lo notase, que no percibiese mi intenso deseo de besarla, de acariciarla.
Se bajaba en Passeig de Gràcia, siempre en la misma estación. Sólo siete malditas paradas de metro!! Era tan poco!! De regreso, por la tarde ya no coincidíamos nunca, nuestros horarios laborales eran diferentes.
Tenía todo el resto del día para fantasear - como un auténtico psicópata -y recrear nuestro imaginario encuentro. Siempre era parecido, con cualquier excusa le sonreía e iniciábamos una conversación. Ella parecía divertida, estaba muy contenta y sonreía.
Lo bueno de las fantasías es que como tú eres el guionista todo es perfecto....mi conversación era fluida, no me trababa ni una sola vez. Todas mis frases eran certeras y ocurrentes. Mis chistes eran divertidos y ella parecía encantada con mi elocuencia y verborrea. Cuando se acercaba la parada de Passeig de Gràcia nos despedíamos y nos dábamos los teléfonos. Era el principio de nuestra relación......
Me resulta imposible recordar la cantidad de veces que llegué a recrear una y otra vez ese idílico encuentro...esas frases nunca dichas, esas sonrisas jamás correspondidas...la cantidad de imágenes que llegue a proyectar en mi atormentada mente.
Confieso que en alguna ocasión estuve a punto de dar el primer paso. Un arqueo de cejas, una sonrisa esbozada y zas!...lanzarme de una vez por todas!!! Pero siempre la timidez me acababa maniatando y dejándome fatalmente bloqueado....una vez más ella se marchaba en la parada de Passeig de Gràcia y yo me bajaba en Jaume I - dos paradas después -, cabizbajo, con la señal del fracaso en la frente, en la mirada tímida, torva, la mirada de un perdedor!!
Se lo conté a Jordi, mi fiel confidente. Él - mi antitésis en carácter, mi negativo en todo - no daba crédito.
Recuerdo perfectamente la primera vez que la ví en la estación de metro de Lluchmajor...Ya entonces sentí aquella sensación de hormiguitas que recorren la barriga, de nudo en el estómago, que sé yo, ya me entendéis...Seguro que alguna vez también os habrá pasado a vosotros, no? Esos nervios incontrolables que sólo producen los sentimientos a flor de piel.
El pelo largo, castaño, con mechas rubias, sedoso, convidándote a mesarlo y a acariciarlo sin prisas, largamente, de forma pausada y entregada.
Los ojos negros de mirada profunda; si se cruzaba su mirada con la mía, apenas podía aguantarlo unas décimas de segundo.....me entraba vértigo, el pulso se me aceleraba y un ardor salvaje me subía desde el interior del estómago hasta el mismo cuero cabelludo....sentía un calor que me quemaba, totalmente insoportable.
Se pintaba la ralla de los ojos para realzar su contorno..... me la llegué a imaginar miles de veces, delante de un espejo, en su casa, con el lapiz dibujando la línea negra azabache...diseñando esos dulces ojos de forma almendrada...ahhhhh, cuántas veces me la imaginé así.
En ocasiones ella ya había llegado antes que yo y esperaba en el andén. Yo pasaba a su altura y me hacía el despistado, sólo osaba mirarla de reojo, sin mostrar interés. Me quedaba cerca de ella para poder coincidir en el mismo vagón y así poder contemplarla de forma furtiva.
Cuando me fallaba la estrategia y no conseguía una buena posición para contemplarla, maldecía una y otra vez mi torpeza, me torturaba pensando que había vuelto a perder una nueva oportunidad.
La más de las veces conseguía mi propósito y la podía observar con detenimiento....procuraba que no lo notase, que no percibiese mi intenso deseo de besarla, de acariciarla.
Se bajaba en Passeig de Gràcia, siempre en la misma estación. Sólo siete malditas paradas de metro!! Era tan poco!! De regreso, por la tarde ya no coincidíamos nunca, nuestros horarios laborales eran diferentes.
Tenía todo el resto del día para fantasear - como un auténtico psicópata -y recrear nuestro imaginario encuentro. Siempre era parecido, con cualquier excusa le sonreía e iniciábamos una conversación. Ella parecía divertida, estaba muy contenta y sonreía.
Lo bueno de las fantasías es que como tú eres el guionista todo es perfecto....mi conversación era fluida, no me trababa ni una sola vez. Todas mis frases eran certeras y ocurrentes. Mis chistes eran divertidos y ella parecía encantada con mi elocuencia y verborrea. Cuando se acercaba la parada de Passeig de Gràcia nos despedíamos y nos dábamos los teléfonos. Era el principio de nuestra relación......
Me resulta imposible recordar la cantidad de veces que llegué a recrear una y otra vez ese idílico encuentro...esas frases nunca dichas, esas sonrisas jamás correspondidas...la cantidad de imágenes que llegue a proyectar en mi atormentada mente.
Confieso que en alguna ocasión estuve a punto de dar el primer paso. Un arqueo de cejas, una sonrisa esbozada y zas!...lanzarme de una vez por todas!!! Pero siempre la timidez me acababa maniatando y dejándome fatalmente bloqueado....una vez más ella se marchaba en la parada de Passeig de Gràcia y yo me bajaba en Jaume I - dos paradas después -, cabizbajo, con la señal del fracaso en la frente, en la mirada tímida, torva, la mirada de un perdedor!!
Se lo conté a Jordi, mi fiel confidente. Él - mi antitésis en carácter, mi negativo en todo - no daba crédito.
- Pero cómo puedes ser tan lerdo!! Díle algo, no te quedes con las ganas de conocerla!! Total, que es lo peor que te puede ocurrir, que pase de tí! Pues ella se lo pierde, pero y si triunfas, eh? Entonces alcanzarás la gloria, serás el tío más feliz del mundo.
- Yo creo que ella ya debe saber que le gustas. Las tías no son tontas, esas cosas se notan. Por mucho que tú creas que disimulas bien, seguro que ella ya ha notado algo. Ellas perciben hasta la más sútil de las miradas, el gesto más imperceptible..... Seguro que lo sabe, si a lo mejor está deseando que le digas algo, capullo!!
Jordi era mi polo opuesto. Insensible a las críticas, jamás le preocupaba lo más mínimo hacer el ridículo o fracasar en un intento de ligar con una tía. Le había llegado a ver entrar a cinco tías en menos de media hora en una discoteca. Cuando lo envíaban a tomar por saco - cosa que sucedía a menudo - no le afectaba en absoluto. Bebía un nuevo trago, miraba con desprecio a la ingrata que lo acababa de rechazar y se dirigía a su nueva víctima sin desmayo.
- Es cuestión de perseverancia - me solía decir - Mírame tronco! Soy feo, no soy alto ni tengo un buen cuerpo...Sólo soy algo payaso y divertido, mi verborrea es mi única arma....y sin embargo, casi ninguna noche me voy de vacío, por qué? Es fácil, sólo es un tema de tener paciencia tío, paciencia...Es cuestión de esperar, siempre hay alguna zorrita a la que le acabas gustando o que está más necesitada que uno mismo, ja,ja.
Sin embargo, yo nunca pude seguir los sabios consejos de mi colega. Cómo explicarle que cuando me gustaba una chica realmente se me hacía un nudo en la garganta y casi tartamudeaba. Cómo explicarle que mi tolerancia a la frustación era CERO! Que si después de armarme de valor durante media hora o tres cuartos, intentaba ligar con alguna chica y ésta me rechazaba era incapaz de remontar en toda la noche!!
Nunca fuí capaz de decirle nada a María, un buen día desapareció de mi vida sin avisar. Dejó de coger el metro en Lluchmajor y ya no volví a verla jamás. Perdí toda oportunidad de besarla, de estrecharla entre mis brazos y de hacerle el amor tal como había imaginado cientos y cientos de veces!!!
Cuando Jordi me vió sumido en una profunda depresión - la enésima - y hecho una auténtica colilla, un despojo humano.... intentó en vano consolarme.
Nunca fuí capaz de decirle nada a María, un buen día desapareció de mi vida sin avisar. Dejó de coger el metro en Lluchmajor y ya no volví a verla jamás. Perdí toda oportunidad de besarla, de estrecharla entre mis brazos y de hacerle el amor tal como había imaginado cientos y cientos de veces!!!
Cuando Jordi me vió sumido en una profunda depresión - la enésima - y hecho una auténtica colilla, un despojo humano.... intentó en vano consolarme.
- Olvida a esa zorra, hay muchas más! Si ha sido incapaz de leer en tu cara desesperada el deseo que te quemaba por ella, es que es una necia, no te merece!
- Que hubiese dado ella el primer paso, si siempre es la misma historia!! No son capaces de tomar la iniciativa ni una sola vez!! Ven que eres tímido y en vez de echarte un cable, las muy jodidas se esfuman con el primer cantamañanas que se las arrima, yo por ejemplo!! De verdad, no te mortifiques, esa tía no te merecía, estaba ciega!!
- Ay amigo, siempre te pasa igual! Esto del ligoteo no está hecho para los tímidos como tú. Ellas son demasiado machistas y sólo hacen caso a los machos que las cortejan, los que toman la iniciativa....
Mi amigo tenía mucha razón, pero mi sino - el de los machos tímidos - estaba escrito por lo que hubo muchas más Marías en mi singular historia. No tengo duda alguna que mi sensual María acabó seducida por algún cantamañanas, divertido y elocuente, nada tímido. Uno de esos machotes tan seguros de sí mismo, tan ufanos y sin apenas sentido del ridículo.
Yo, lo confieso, mejoré con el tiempo y conseguí vencer la timidez extrema que me atenazó delante de tantas sensuales Marías........pero algunas tardes lluviosas otoñales todavía soy capaz de sorprenderme intentando dibujar el contorno de los sugestivos ojos negros de María.
La foto de este artículo es de Hugo Solo
Yo, lo confieso, mejoré con el tiempo y conseguí vencer la timidez extrema que me atenazó delante de tantas sensuales Marías........pero algunas tardes lluviosas otoñales todavía soy capaz de sorprenderme intentando dibujar el contorno de los sugestivos ojos negros de María.
La foto de este artículo es de Hugo Solo
DILE ALGO SILVIA
ResponderEliminarCómo sois las mujeres! Que es ficción, pura ficción!! Un relato inventado, ja,ja.
ResponderEliminarLo que pasa es que soy tan buen escritor que la historia parece real, ja,ja.
Un beso Perla!