18 julio, 2006

Ruta por "la Terra Alta" y "La Matarranya"


La primera ruta Toyota nos llevó por territorio comanche, esas tierras a caballo entre Tarragona y Teruel, al pie dels Ports de Beseit.
Nos instalamos en el acogedor y anodino pueblecito de Horta de Sant Joan, de gentes amables, situación geográfica privilegiada para conocer la Terra Alta y cuyo máximo interés para "el menda" radica en sus Cellers donde puedes degustar "los Caldos" de la Tierra.
Los vinos de la Terra Alta son buenos, pero tienen un terrible defecto y es que tienen una gradación salvaje.... No bajan de los 14 - 16º!! Te tumban de forma inmisericorde. Incluso para un vinícola empedernido como un servidor me parece excesivo el grado de alcohol de los vinos de esta tierra.

Horta, como casi todos los pueblos de la zona, es un pueblecito que tiene algunas callejas y rincones singulares, pero poca cosa más.
Sin embargo, está situado en un lugar mágico.... si miras hacia levante la mole de la "Muntanya de Santa Bárbara" preside el horizonte (magníficas vistas del valle y dels Ports)... allí hay un convento y arriba los restos de una Ermita. Hasta allí ascendí con la sufrida Jara que se quedó profundamente dormida y, en consecuencia, no pudo disfrutar de las panorámicas desde lo alto de la Ermita.
Si te diriges hacia el sur, en dirección als Ports, te encuentras con las tesudas moles de les Roques de Benet que forman parte del paisaje del que se impregan todos los lugareños que viven por esos lares.... es una referencia desde casi cualquier punto cardinal.

Es curioso comprobar la percepción tan distinta que tienen los lugareños respecto a los forasters que nos acercamos, predispuestos siempre a dejarnos seducir por el paisaje, los pueblos, los parajes, etc...
Hablando con gente del pueblo te enteras de que: ".... uf, nano, jo només vaig pujar a les roques de Benet quan "la festa dels Quintos"... o sigui que fa més de 40 anys que no pujo, ja, ja... fa mandra pujar fins allà, això és per vosaltres, els que veniu de fora amb ganes de fer excursions i suar la cansalada..... i si et dic quan temps fa que no pujo a dalt de la muntanya de Santa Bàrbara, no ho dirias mai..."
Cuando te acercas hasta estos lares es inevitable preguntarse ¿qué encanto tiene vivir en estos lugares tan alejados de cualquier lugar "civilizado"? Inevitablemente, uno piensa que impregnarse del paisaje y llenarse el espíritu con los amaneceres y atardeceres de estas zonas tan hermosas, hacer interminables excursiones por los alrededores, etc.... es decir, disfrutar de la salvaje naturaleza de estos confines debería ser uno de sus principales atractivos..... resulta que nada de eso tiene importancia para los lugareños que están preocupados en sus quehaceres cotidianos, en sus faenas diarias y su monótono devenir por aquí y allá... apenas si miran el paisaje!! Viven allí y son medianamente felices porque nacieron allí y están "apegados a su tierra" y... poco más..... sus vidas transcurren instaladas en una entrañable monotonía y ritmos previsibles que se repiten una y otra vez a lo largo de sus tranquilas existencias... es bien posible acostumbrarse a una vida tan simple y nada excitante......
pero la malicia de un "ser urbanita" como yo no deja de reflexionar que debe ser demasiado duro tener una vida tan simple y alejada de cualquier estímulo mundano... porque en caso contrario no se entendería que toda la gente joven, sin apenas excepción, se muera por huir de esa forma de vida y de las tierras de sus antepasados.....
La vida es bien curiosa... los que nacen allí se mueren de ganas por huir de tanta falta de alicientes en todos los sentidos (económicos, materiales de todo tipo, etc....) y los neo-rurales urbanitas se mueren por comprar cualquier casucha en ruinas para huir del mundo supraestimulado de las grandes urbes que tanto les agobia y refugiarse en la más absoluta simpleza pueblerina!! Nunca estamos contentos con lo que tenemos o nos ha tocado en suerte... somos unos insatisfechos "del copón".

Reflexiones de un urbanita que por extraño que parezca se ve capaz de vivir en la Terra Alta, La Matarranya o donde se tercie, que de eso ya hablaré largo y tendido en otra entrega.

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